Atendiendo a la petición de una de mis lectoras, escribo el siguiente artículo acerca del chantaje emocional. En él doy respuesta a sus preguntas: ¿En qué consiste?, ¿quiénes lo llevan a cabo y por qué?, ¿cómo afecta nuestras relaciones?, ¿qué consecuencias tiene? y ¿cómo podemos romper con él?
Uno de los peores problemas de no entender como funcionan nuestras emociones y las de los demás es hacer del chantaje emocional una constante en nuestras vidas. Este genera mucho sufrimiento y causa un enorme desgaste en las relaciones. Saber reconocerlo y aprender a romper con él nos ayudará a sentirnos mejor con nosotros mismos y con los que nos rodean.
El chantaje emocional es un mecanismo mediante el cual una persona hace cumplir su deseo haciendo exigencias a otro y generando en éste culpa, miedo u obligación. Muchas veces se trata de peticiones no claras o encubiertas que buscan poner a prueba el amor de la otra persona.
Lo que está en la base del chantaje emocional es la necesidad de sentirse amado que tiene el/la chantajista, pero ese amor es un amor condicionado a que el otro adivine lo que quiere y haga exactamente lo que espera que haga. En caso contrario, el receptor del chantaje, siente miedo a fallarle o se siente culpable por haberlo herido y por ende siente la obligación de hacer algo para que el chantajista esté contento, para que en definitiva no le quite el amor. Pero tristemente la persona chantajista nunca estará satisfecha y siempre pedirá una y mil muestras de amor.
Lamentablemente el chantaje emocional es muy común en nuestras relaciones y los niños son las primeras víctimas de este mecanismo emocional. Un padre o una madre que espera que su hijo/a se comporte según su deseo y no según lo que el propio niño/a necesita ser, es un chantajista emocional. No es raro que los pequeños que han padecido durante toda su infancia el chantaje emocional se conviertan en adultos que necesitan constantemente la aprobación de los demás, que sienten miedo al enojo o la ira de los otros, que se sienten responsables de la vida de los que le rodean, que son muy inseguros y sienten mucha culpa. Y lo más grave de todo es que acaban utilizando el chantaje también en sus relaciones más cercanas.
Entonces ¿qué hacer frente al chantaje emocional?, ¿cómo romper con ese círculo vicioso? El primer paso es entender que el chantaje es una manera de relacionarse que tiene en su base una mala vivencia y comprensión del amor.
Muchas personas han aprendido que sólo serán felices si logran recibir amor, si logran que los otros las aprecien y den claras muestras de que son amadas o al menos, si logran la aprobación de los otros en sus acciones, entonces están contentas y si no, caen en una enorme decepción. Pero ésto genera mucha insatisfacción porque en el fondo hay un vacío que nunca será llenado, nunca serán suficientes las muestras de amor de los demás…
Muchos autores nos han hablado del amor (Laura Gutman, Antonio Blay, Bert Hellinger, etc) y casi todos coinciden en que no seremos felices con el amor que podamos recibir sino con el amor real que podamos dar. Si las personas consideráramos esta básica premisa cuántas cosas cambiarían, seguramente disfrutaríamos de relaciones más sanas y amaríamos a los que nos rodean sin esperar que ellos en el presente o en el futuro nos amasen…
Pero para cambiar esta vivencia del amor no basta con tener la firme intención de hacerlo, aunque es parte del primer paso. Es necesario que nos conozcamos, qué entendamos por qué hemos devenido chantajistas o víctimas del chantaje, que ahondemos en nuestra historia de relaciones y en nuestro mundo emocional, quizá así logremos que el chantaje no nos salga de manera automática sino reflexionada y que al final cambiemos nuestra manera de vivir el amor.
Seguro que dando este paso hacía la consciencia, nuestra vida y la de los que nos rodean mejorará.
Déjame tus comentarios, me encantará conversar contigo.
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